Hemos tenido conocimiento de varias llamadas telefónicas
de directores de zona a empleados con motivo de su no consecución de objetivos
de seguros.
Las llamadas son de este tipo:
Fulano.- Buenos
días Mengano, soy Fulano, el director de zona. Según las informaciones que me
pasa el director de tu oficina, este mes no has cumplido con los objetivos de
seguros.
Mengano.- Ya
lo sé, pero es que este mes, entre las vacaciones que he tomado y los días de
reducción, solo he trabajado una semana, y además, he estado en ventanilla yo
solo todo el día y no he podido levantarme ni para mear.
Fulano.- Eso no es excusa, otros compañeros
están en tu situación y sí los han cumplido.
Aquí es donde sale a relucir la frase que han acuñado para ejercer presión ante cualquier justificación que se pretenda dar: "no es excusa". Aunque ya saben que no son excusas, que es la constatación
de un hecho: falta personal en las oficinas, y en ventanilla normalmente solo
tienes tiempo de (mal)atender a los clientes, que, por cierto, llegan rebotados después de ver que, habiendo dos, tres, o más puestos de caja, solamente atiende un empleado y se han tragado más de media hora de cola ¡Como
para venderles algo cuando por fin llegan al mostrador!
Si haces 300 operaciones diarias, si no te da tiempo a abrir la caja entre las 8:30 y las 8:45, si no puedes cuadrar entre las 14:30 y las 15, no es excusa para no cumplir los objetivos absurdos que te han impuesto.
No es excusa, pues la culpa de que el trabajo esté mal organizado es del currante que no puede levantar la cabeza en toda la mañana. El director de la oficina se limita a hacer lo que le dicen desde arriba, y lo mismo el director de zona, porque no tienen lo que hace falta para decirles las verdades a sus respectivos superiores. Prefieren decirte que te estás buscando excusas para no trabajar.
Debemos actuar teniendo en cuenta que han de ser los responsables de las oficinas quienes organicen el trabajo y establezcan la forma de atender a los clientes, y si nos dicen que, aunque haya 20 personas en la cola, tenemos que vender seguros y cerrar la ventanilla para ir a la mesa, pues lo hacemos. Nunca hemos trabajado así, pero habrá que acostumbrarse. Eso sí, que sean órdenes claras, pues dará lugar a situaciones desagradables y protestas de los clientes.
Mientras tanto nos dicen que no es excusa. Lo repiten de forma irracional como si
fuera un mantra.
Lo dicho, los gilipollas de la semana. Aunque pasará la
semana y seguirán con las mismas gilipolleces.